Soltar, Entender Y Aprender

Cuanto cuesta soltar, soltar relaciones, posesiones, situaciones, soltar, entregar y fluir.

Cuando una relación llega a su fin y uno de los dos se queda amando, sufriendo por lo que fue y por lo que no fue; es preciso recordar que algunas personas son una estación y no el destino y que la vida se compone de momentos, «que todo pasa» todo se transforma y que, estamos girando constantemente como las manecillas de un reloj. A veces estaremos cabeza abajo, para luego estar cabeza arriba.

Lo verdaderamente importante, no es lo que nos pasa en la vida, sino como reaccionamos ante lo que nos pasa; cuando termina una relación y quedamos dañados o heridos, lo mejor es hacer un alto en el camino y preguntarnos; el para qué y no el porqué de ello, que vino a enseñarnos, para así poder agradecer desde el corazón; aún así, cuando no veamos el bien o propósito mayor en ello, es necesario darnos cuenta, que las personas muchas veces llegan con la misión de ser un reflejo de nuestros propios miedos y carencias o para ayudarnos a entender, que solo nosotros somos responsables de nuestra propia felicidad, alegría , satisfacción, sana autoestima y amor propio.Comprender esto de una manera consciente nos ayudará a dejar ir con amor todo aquello, que no resuena con esa fuente de amor infinito que ya reside dentro de nosotros mismos.

Aprender a amarnos de una manera sana, es la tarea más grande que tenemos como seres humanos, aprender que todo lo que necesitamos reside en nuestro interior, dejando así, de responsabilizar al otro de nuestra infelicidad e insatisfacción, entender que somos nosotros los responsables de nuestra propia salud mental e inteligencia emocional y que solo nosotros decidimos; si de una vez por todas tomamos el mando de ello, o preferimos seguir dejándolo en manos de las circunstancias o de otros.

No es un camino fácil, ya en nuestra naturaleza, hemos aprendido a vivir desde estas emociones y estados, existen días que a pesar de que brille el sol vemos el día nublado, son de esos días en los que nos desconectamos de nosotros mismos; de la conexión con nuestra fuente divina y nada parece aliviarnos en esos momentos. Y es que el dolor, la tristeza y las desilusiones también forman parte de la vida y no hay nada de malo en sentirlos, es más, diría que hay que permitirse sentirlas, pero sin olvidar que… La vida está en constante transformación y movimiento; que siempre hay un nuevo día, en el que de nuevo brillará el sol.

Recordar, recordar y recordar… Que en nuestro interior yace una fuente de sabiduría infinita que nos ha dotado de todas las herramientas y recursos necesarios para transitar y transcender todo aquello que necesitamos para nuestro aprendizaje y evolución; esto no solo nos ayudará a ser más fuertes sino que también nos ayudará a comprender mejor los procesos de la vida y transitar por ellos de una mejor manera.

Hay que cuidar de lo de adentro, porque que lo de afuera es prestado.

Namaste!