«Emigrar un sueño o una Pesadilla «

Ciudadanos del Mundo !

Depende desde el punto de vista que se le mire, es una realidad que cada vez más personas emigran de sus países en busca de mejores oportunidades.

Viajamos con una maleta llena de sueños a tierras desconocidas en ocasiones con lenguas extrañas y generalmente con expectativas muy altas.

Al llegar a nuestra patria adoptiva con una realidad distante y distinta a la de nuestros países de origen, donde la organización y los sistemas funcionan de una manera casi perfecta, comparado con nuestros países en vía de desarrollo;  nos damos cuenta que no es un mito los derechos humanos, que la educación no es un privilegio de algunos sino un derecho de todos, que la mano de obra esta mejor valorada, que existe la  seguridad social e igualdad de derechos, entendemos el valor agregado a los impuestos, que no son desviados sino que por el contrario, son utilizados en la organización y el buen funcionamiento del sistema. Cuyos cuales se utilizan en educación, salud, amparos, ayudas y otros.

Como es de esperar tenemos una mejor calidad de vida, la angustia monetaria no es un gran problema aquí, las necesidades básicas es tan cubiertas, no es la preocupación primaria las cosas básicas  tales como :  la comida, un lugar donde vivir y la educación para los hijos o hasta para nosotros mismos, todo esto esta a la orden del día por el simple hecho que es un derecho y no un privilegio de algunos. Nos maravillamos de todas estas cosas y encajamos en el sistema.

Hasta que un día descubrimos el precio que hemos pagado por ello, el estar lejos de la familia, las estructuras nos van moldeando en personas distintas, la alegría y espontaneidad, características de nuestros países se ha ido apagando, y que no ha sido solo los cambios de temperaturas y culturales que han hecho cambios en ti, sino el conjunto de todas estas  pequeñas cosas las que  ha hecho de ti, una persona distinta.

Y nos damos cuenta que pese a ello, siempre  seguiremos siendo  extranjeros en nuestros  países adoptivos; paradójica-mente cuando viajamos a nuestros lugares  de origen, aquellos  países que nos vieron nacer, ya sea  para compartir tiempo con los nuestros o simplemente para conectar con nuestras raíces, no falta quien nos haga caer en cuenta, lo mucho que hemos cambiado, hemos adoptado otra forma de vida, una nueva  visión del mundo  y es en esos momentos donde nos damos cuenta que también somos extranjeros en nuestra propia tierra.

Y es justo en ese momento donde llegamos a la conclusión que no somos ni de aquí ni de allí, si no del mundo entero. De  cada uno de  los lugares  que hemos recorrido y que cada uno de ellos a efectuado un pequeño cambio en nosotros,  aportándonos algo a nuestro nuevo «Yo»;  al cerrar nuestros ojos están llenos de visiones, de lugares diferentes, de cada uno de  los maravillosos paisajes que nuestros ojos han visto, recordamos un poco de todo las experiencias buenas, las no tanto, las alegres, las duras, las tristes, los días de llanto, los días de sol, de lluvia, de nieve; ninguna de estas experiencias nos han dejado indiferentes, cada una de ellas nos han transformado en el nuevo ser que somos hoy. 

En definitiva hemos crecido como personas, como seres humanos, hemos mudado de piel y ante todo hemos aprendido a vivir con ello entendiendo que no somos ni de aquí ni de allí sino ciudadanos del mundo.